]]>Lee el documento completo en la Revista Resiliencia #1, página 110:
La delegación estuvo conformada por la Presidenta de la CIDH, Rose-Marie Belle Antoine; el Primer Vicepresidente, James Cavallaro; el Comisionado Felipe González y las Comisionadas Tracy Robinson y Rosa María Ortiz. Asimismo, integraron la delegación el Secretario Ejecutivo, Emilio Álvarez Icaza Longoria; la Secretaria Ejecutiva Adjunta, Elizabeth Abi-Mershed; el Relator Especial para la Libertad de Expresión, Edison Lanza; las y los especialistas en derechos humanos de la Secretaría Ejecutiva, Débora Benchoam, Álvaro Botero, Sofía Galván, Fiorella Melzi, Efrén Olivares, Viviana Ordoñez y Tania Reneaum, los y las especialistas en prensa y comunicación, Federico Blanco, Andrea Ramírez Rentería y María Isabel Rivero; y la especialista en documentos, Gloria Hansen. La delegación visitó la Ciudad de México, Coahuila, Guerrero, Nuevo León, Tabasco y Veracruz.
]]>Lee el documento completo en la Revista Resiliencia #1, página 97 a 109:
A nivel internacional, por muchos años México ha sido un acérrimo defensor de los derechos humanos. Desde 2002, ha albergado una sólida oficina de derechos humanos de la ONU en el terreno, que cuenta hoy en día con 30 funcionarios. México ha jugado un papel muy importante y constructivo en el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra; recientes ejemplos de este positivo compromiso incluyen el auspicio a algunas resoluciones clave sobre los derechos de los migrantes, pueblos indígenas y personas con discapacidad, así como sobre la independencia de las juezas y los jueces. México también ha ratificado casi todos los tratados internacionales de derechos humanos más importantes.
]]>Lee el documento completo en la Revista Resiliencia #1, página 89 a 96:
Apenas si escucho los primeros minutos del testimonio de El Ghalia y pienso en el número por salir de Resiliencia. Que mejor ejemplo de alguien que desaparece cuatro años y se reconstruye en el cautiverio, rehaciéndose como la gran luchadora que es, transmitiendo una dignidad rotunda y una fortaleza que nace solamente del silencio creador.
– ¿Me puedes decir dónde naciste y cuál es tu trabajo?- Nací en Agadir al sur de Marruecos. En 1920 mi familia fue desplazada del Sahara Occidental hacia el sur de Marruecos para mejorar el nivel de vida económico. Mi abuela fue mi figura materna y llevo con ella el patrimonio cultural del Sahara Occidental. En 1984 ella fue desaparecida por la policía civil marroquí. Después de eso regresé al Sahara Occidental para trabajar con los familiares de personas desaparecidas.
]]>Lee la entrevista completa en la Revista Resiliencia #1, página 78 a 82:
La situación del Sahara Occidental es poco conocida en México, la entrevista con Jira, nos permite abrir un horizonte de resistencias y de herramientas de valor para contruir en medio del dolor humanidad y en este caso, en medio de la ocupación de un país extrajero que toma, literalmente, la vida de la gente del Sahara Occidental. Jira, a sus 26 años, nos permite descubrir ese mundo.
–De dónde eres?- Soy del campo de refugiados del Sahara occidental. Crecí en el campo de refugiados y nunca he visto mi país libre. Sigo soñando y luchando por verlo
]]>Lee la entrevista completa en la Revista Resiliencia #1, página 78 a 82:
Cierto día de un mes de octubre, me sentí mal, un mareo sofocó mi respiración, fui al doctor. Me hizo análisis clínicos y me dijo: ¡Felicidades! Estás embarazada, me quede pensativa, porque ya tenía a mis hijos Jovany y Martín, pero llegaba a ocupar mis entrañas un nuevo ser que le daría un cauce de responsabilidad a mi vida. También era la felicidad de que llegaba un bebé para que yo lo protegiera dentro de mi estómago y nada lo dañara. Fuiste creciendo en mi vientre, yo sentía el latido de tu corazoncito, tus movimientos como un frijolito que crecía día a día, viviste dentro de mí por nueve meses, hasta que un día llegó ese dolor que me anunciaba tu arribo a este mundo.
El 9 de agosto de 1986 naciste tú, hijo mío, a las 12:45 am. El dolor que sentí fue muy fuerte pero, inexplicable, fue hermoso escuchar tu llanto anunciando tu llegada, eras tan pequeñito, tan frágil, pero yo te protegí porque te esperaba con mucho amor.
]]>Lee el testimonio completo en la Revista Resiliencia #1, página 69 a 77:
Dos de febrero del 2015, después de un día repleto de actividades de organización y familia llegó la noche. Al momento de despedirnos para que él regresara a Ayala le pedí que se quedara esa noche, que esperara a la mañana siguiente para irse con luz del día y así fue. Pasamos una noche como muchas otras en las que dos soñadores hablaban y hacían planes para un hermoso futuro juntos, lleno de amor y esperanza; con el ingrediente especial de querer hacer de sus vidas una herramienta para poner un granito de arena a la creación de un mundo diferente, un espacio mejor donde nuestras familias, donde los amigos, los conocidos y donde todos aquellos que aún no conocíamos pero que sabíamos vulnerables tuvieran la oportunidad de tener una vida digna… y entre planes y sueños él se quedó dormido, con el gesto noble, pero a la vez reflejando cansancio de haber pasado días y noches de mucho trabajo, de reuniones unas tras otras, de noches de guardia, de días de caminar y transportes con climas asoleados, con un cuerpo fuerte pero que a la vez le reclamaba el descuido de su alimentación y de su salud la cual dejaba al último por cumplir con sus tareas, y yo, iba cobrando sueño contenta de tenerlo conmigo, admirando el rostro de mi hombre noble, fuerte, que a la vez me reflejaba a un niño tan intenso en su forma de confiar, de creer y amar al mundo.
Tres de febrero, salimos de casa para asistir a nuestras tareas apenas desayunando para que no se hiciera tarde, nos acompañamos un tramo del trayecto conversando ideas, nos dimos un beso de un hasta pronto como siempre, tranquilo, seguro y lleno de amor… jamás pensé que sería el último beso que le daría, que sería la última vez que miraría sus hermosos ojos, que sería nuestro último momento juntos en este mundo.
]]>Lee el testimonio completo en la Revista Resiliencia #1, página 64 a 68:
No hay limites para el país del crimen
No hay nombre para el país del crimen
No hay país con nombres del crimen
No hay crímenes para el país del crimen
¿díganme, en qué país lejano hallarlos?
A décimo Junio Juvenal agrego a Francois Villon
Para componer esta balada, y pido a otros cantores
Añadan otro estribillo interrogativo: ¿dónde, en qué
país sin crímenes están los muchachos que apenas
se habían desnudado al amor?
Ayúdenme a correr junto a un rio
Que corre con demasiada fuerza
¿En dónde están, en qué casa negra, encapsulados?
En la casa blanca no están, ahí ya no habita nadie
Llegará el tiempo de otra sirenas, de otros sortilegios,
Y la blancura como lirio será un resplandor amarillo
O un lirio negro al capricho de otra dueña, otra Circe
De engaño, entre leones y lobos del mismo bosque
¿Dónde están, Madre Dolorosa?
¿Dónde están las 43 lagrimas de ayer por la tarde?
No vamos a averiguar esta mañana dónde están,
Ni en las siguientes mañanas y tardes dónde están
Ni en todo el año, que a este estribillo no nos lleve:
¡Mas dónde están los muchachos de Ayotzinapa!
No hay limites
No hay nombres
No hay país
No hay crímenes
Corren con demasiada fuerza
Lee el poema en la Revista Resiliencia #1, página 62 a 63:
El trabajo que realizó el Congreso Constituyente para concretar la reforma Constitucional, consideró la preocupación de organizaciones de la sociedad civil, protectora de estos derechos humanos, así como los informes de observadores y de organismos internacionales que recomiendan al Estado mexicano en esta materia, para que en sus programas de gobierno se ponga más atención al grave deterioro que sufren muchos mexicanos en sus derechos humanos y sociales.
En efecto, la redacción del párrafo tercero, del artículo 1º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos deriva de una resolución de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos, en la que se interpretó el alcance del deber “de garantía” del Estado con respecto a los derechos humanos, específicamente los deberes de prevenir, investigar, sancionar y en su caso, reparar todos aquellos daños derivados de las violaciones a los derechos humanos.
Empero, ¿cuál es el alcance del deber de prevención al que se obliga al Estado mexicano a través de la reforma Constitucional?
]]>Lee el artículo completo en la Revista Resiliencia #1, página 58 a 61:
Antecedentes de la Ley General de Víctimas
La Ley General de Víctimas fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el 9 de enero de 2013 y fue reformada mediante Decreto del 3 de mayo del mismo año. Reglamenta el tercer párrafo del artículo Primero; el artículo 17, y el apartado C) del artículo 20, todos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y tiene como antecedentes legislativos las siguientes Iniciativas:
1.- Iniciativa con proyecto de Decreto para expedir la Ley Federal de Derechos de las Víctimas del Delito.
Esta Iniciativa fue presentada el 22 de abril de 2010 por los senadores Felipe González González, Jaime Rafael Díaz Ochoa y Ramón Galindo del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional. El proyecto se integraba por once capítulos, que contenían 68 artículos; en ella se planteaba –como su propio título lo establece–, una ley federal cuyo objeto de atención eran las víctimas del delito. La iniciativa proponía reglamentar la atención y protección integral de las víctimas del delito, a través de medidas para brindar apoyo y asistencia material, médica, psicológica, jurídica y social, para la rehabilitación integral de las víctimas, tareas cuya implementación y coordinación estaría a cargo de la Procuraduría General de la República.
]]>Lee el artículo completo en la Revista Resiliencia #1, página 47 a 57: