El día que Javier Sicilia supo que su hijo Juanelo había sido ejecutado por el crimen organizado en Morelos, sintió que dentro de su alma ya no había nada. A partir de ese día se sintió deshabitado, la ofuscación se le metió en el corazón y el consuelo tardó en llegar cuatro años después cuando entró a un retiro espiritual llamado “El Arca” donde comenzó a escribir su última novela en medio del silencio necesario para sosegar el alma.
Mucho se ha escrito sobre la espiral de violencia que se ha formado desde el 2006 y que se ha llevado más de 200 mil vidas, desaparecido más de 30 mil y desplazado a medio millón de mexicanos que huyen de una guerra no convencional en la que la única regla es el terror, la incertidumbre y la inseguridad.
En la llamada literatura del narcotráfico hay de todo: reportajes, entrevistas, documentales, series televisivas, canciones, crónicas, pero no una novela escrita desde la profundidad que da el dolor y el desconsuelo por la pérdida de uno de los familiares, como la hecha por el poeta.
]]>Lee la recensión del libro completa en la Revista Resiliencia #4, página 62 a 63: