Escrito por Miguel Álvarez Gándara
A 22 años del levantamiento zapatista configurado como Conflicto Armado Interno y cuyo proceso de Paz sigue en crisis, los primeros Acuerdos de San Andrés en materia de Derechos y Cultura Indígena siguen siendo un referente histórico vivo, válido y vigente. Mientras el Estado mexicano los ha incumplido, el EZLN los ha ejercido en sus territorios autónomos. A los 20 años de su firma el 16 de febrero de 1996, son oportunidad de diversas valoraciones. La primera de ellas, muy significativa y relevante, es la que realizó el propio EZLN en su comunicado del 1º de Enero de este año. Procuraré entonces dos propósitos:
A) Resaltar desde la óptica del esfuerzo mediador lo que este incumplimiento significó para el rompimiento del proceso de Diálogo y Negociación hacia un “Acuerdo de Concordia y Pacificación con Justicia y Dignidad”, conforme a la estrategia gubernamental para desentenderse del carácter y tipo de conflicto y de su causa, de la Ley especial, del modelo e implicaciones de la Mesa de San Andrés, y de los compromisos sustantivos con el movimiento indígena y civil nacional representado por el EZLN.
B) Reflexionar acerca de los nuevos rasgos y retos del Conflicto Armado Interno, que a 22 años sigue vivo pero que ahora refleja una nueva situación que ya no pasará por un proceso de Paz que implique alguna negociación entre las Partes.
Lee el artículo completo en la Revista Resiliencia #2, página 06 a 27: