Escrito por Alejandra Gónzalez Marín y Fernando Mendoza.
En nuestro país la creciente desaparición de personas va acompañado del dolor inenarrable que conlleva la búsqueda de las personas que están ausentes. La búsqueda de Oliver Wenceslao Navarrete Hernández por parte de sus familiares abrió la posibilidad a muchas otras personas desaparecidas a ser encontradas por sus familiares en las fosas de Tetelcingo.
Para comprender en su real dimensión los impactos que producen la falta de verdad y justicia en los familiares que buscan a personas desaparecidas, hace falta mucho más que las ramas y prácticas terapéuticas de la Psicología para comprender la crisis al proyecto de vida y a la dignidad que sufre una víctima tras vivir un hecho intencionado de violencia perpetuado por cualquier nivel del servicio público, que les impide el acceso a dar con el paradero de sus familiares desaparecidos, pues se rompen en las víctimas muchas de sus creencias básicas relacionadas a la justicia, a la protección, a la autoridad, entre otras concepciones que le dan estructura.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), considera que la salud mental habrá de entenderse como un estado que no sólo reconoce la realidad, sino que también tiene una actitud activa, transformadora frente a ésta. La salud mental habrá de entenderse en términos positivos y amplios: no se trata únicamente de un funcionamiento satisfactorio de la persona; se trata de un carácter básico de las relaciones humanas que define las posibilidades de humanización que se abren para los miembros de cada sociedad y grupo.
Partiendo de dicha definición, es entonces que; encontramos que lo que se ha roto para una víctima es su proceso satisfactorio de humanización frente a la sociedad, pero no así su reconocimiento de la realidad y su actitud activa y transformadora. Dicho de otro modo, la perspectiva psicosocial acompañará el proceso que da sentido a la experiencia vivida, para fortalecer capacidades de transformación frente a la realidad que, de manera intencionada, le puso en el lugar en el que se encuentra: buscando justicia y verdad.
Lee el artículo completo en la Revista Resiliencia #3, página 63 a 70: